actitudlibre
Por:
Andrea Cardona
Cuando tuve la “inquietud” de escalar el Monte
Everest, nunca antes había escalado una montaña difícil. Fue el coqueteo con la
idea que poco a poco fue creciendo dentro de mí.
Cuando vencí la lucha interna y mis limitaciones
mentales, yo estaba empezando a escalar montañas nevadas y tomándole el gusto
al andinismo… pero fue hasta después de subir el Aconcagua en Argentina que
finalmente pude decir con toda convicción: “Quiero escalar el Everest y ser la
primera mujer de la región en hacerlo”. Con estas palabras, el sueño pasó de
ser un “puedo lograrlo” a un “puedo lograrlo y VOY a hacerlo”.
Después de pensar en tu sueño y creer en que
puedes lograrlo, viene un paso muy importante: convertir el sueño en meta.
Muchas veces, cuando se nos anima a soñar,
fantaseamos con nuestro futuro, con cosas grandiosas, brillantes y, en su mayor
parte, extraordinarias… ¡Y eso está muy bien! En lo que fallamos es en
despertar de nuestro sueño para ponernos a trabajar en ello; en ponerle
palabras concretas y concisas para tener un objetivo, una meta clara y sólida
que nos permita trazar después un plan realista para trabajar diariamente en
él.
Requiere de mucho enfoque convertir un sueño en
una meta concreta porque nos obliga a mirar de cerca al reto exacto que estamos
encarando. Decidir: “tener un trabajo nuevo” no es suficiente. “Convertirme en
gerente de ventas en donde estoy trabajando” es en contraste, una meta
específica y que puede ser medida. Traducir ese sueño en meta nos da dirección
y soporte. Nos ayuda a dar el paso hacia el “HACER”.
Tips para convertir tu sueño en meta:
- Sé lo más específico posible: recuerda que entre
más específico sea el reto, será más fácil enfocarte y trazar tu plan de
acción.
- Aprópiate de tu destino: no pienses que las
cosas llegarán por un golpe de suerte o sin esfuerzo. Las cosas no se hacen
solas… Si sabes de personas que han logrado cumplir su sueño por “suerte”,
piensa que “suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad se
encuentran y se fusionan, (según Voltaire).
- No apoyes o bases tu menta en alguien más: tu
sueño es tuyo y no tiene que depender de tu pareja, tu jefe, tus papás, tus
compañeros o tus amigos. Ellos pueden apoyarte y facilitarte el camino, mas no
han de “ser” tu sueño en sí ni tampoco debes someterte a sus decisiones.
- Escribe tu meta: dibújala, ilústrala, cántala,
pégala en las paredes, colócala en el fondo de pantalla de tu computadora, en
el espejo, en el celular, en donde sea necesario y divertido para recordarte
todos los días hacia dónde te estás encaminando.
- Si tu meta es a largo plazo, divídela en metas
cortas o intermedias que te lleven a tu objetivo final sin que pierdas el
entusiasmo o el empuje.
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